“No se trata tanto de controlar los colores como de alcanzar algún tipo de compromiso con ellos mientras fluyen como la marea sobre el papel”
David Chandler
¡Hola! Me llamo Sara Viloria y soy acuarelista. Me tomó mucho tiempo asumir con propiedad este título aun cuando tengo 15 años pintando.
Si bien me licencié en Artes Visuales siempre he ejercido como ilustradora, y por algún motivo ser acuarelista parece delimitar a un reducido tipo de artistas y las cosas que pueden hacer. Sin embargo, el universo de la acuarela es extenso, es imposible llegar a saberlo todo de una técnica donde por demás la protagonista es la mancha y por tanto los resultados son generalmente impredecibles, PERO (llegó el momento de insertar esa palabra) hay herramientas específicas referidas al color que pueden hacer la experiencia de la pintura a la acuarela un viaje más ameno.
Todas las personas parten este camino diciendo que la acuarela es difícil hasta que simplemente deja de serlo, este decálogo es una guía para que ese proceso ocurra solo un poco más rápido.
Para este apartado ocuparé el set de pigmentos puros de Acuarelas Rembrandt, los pigmentos puros son colores formulados sin aleaciones, integrados con la mas fina goma arábiga para garantizar una dispersión homogénea del pigmento, por tanto, este set nos proporcionará colores constantes y mezclas igualmente puras de color.
El set contiene 12 colores: Tierra de Siena Natural (234), Amarillo Azo Oscuro sin Cadmio (248), Amarillo Limón Permanente (254), Laca Granza Permanente (336), Rojo Permanente Medio (377), Tierra Sombra Verdoso (410), Tierra de Siena Tostada (411), Azul Ultramar Francés (503), Azul Cerúleo (534), Tierra de Siena Natural (234), Verde Esmeralda (616), Verde Ftalo Amarillo (681), Negro Bujía (702). Todos los colores en este set monopigmentado tienen el grado más elevado de resistencia a la luz: +++ (más de 100 años en iluminación de museo).
1 | La acuarela es transparente.
Por lo tanto evitaremos ocupar el blanco. El blanco es un color denso que opaca los colores. La acuarela es como un vitral, debe mantener su esencia transparente para que pase la luz a través del color, por ello si queremos aclararlos basta con añadir agua, pues el blanco ya lo ofrece nuestro soporte, el papel.
2 | Nuestros dibujos previos en el papel afectan la forma en la que percibimos los colores.
Tanto porque los trazos del lápiz pueden generar altos contrastes o lecturas de color más duras y/o expresivas, como por arrastre, pues al pasar el pincel sobre un dibujo elaborado con grafito podemos agrisar los colores que estamos aplicando. Por ello procuraremos ocupar minas duras y finas (sugiero F o HB) con poca presión, lo suficientemente claras para no contaminar nuestros colores.
3 | Evitamos ocupar negro.
4 | El rojo no es un color primario, el magenta sí.
Si mezclamos magenta (o un rojo/rosa con subtono frío, en este caso el Laca Granza Permanente) con amarillo, obtendremos rojo. Esto es muy importante al momento de formular nuestros colores pues nos ayudará a obtener una rueda de color más específica (véase punto 6).
5 | De la misma forma, podemos obtener azules profundos mezclando cyan o cerúleo con porciones dosificadas de rojo permanente.
De este modo obtendremos un color muy especial, similar al menos en profundidad, al azul ultramar. Tanto la mezcla anterior como la acá descrita pueden aplicarse a otras técnicas pictóricas, sin embargo, la acuarela al ser transparente (¿ya lo habíamos mencionado?) nos permite apreciar la integración de tales colores.
6 | No todos los rojos mezclados con azul dan como resultado violeta.
La teoría del color nos enseñó que la mezcla de amarillo y azul dan como resultado verde, qué el rojo y el amarillo dan como resultado naranja, y que el rojo y el azul dan como resultado violeta, pero esto no siempre es así. Todos los colores tienen tendencia a otro color; al que tienen más próximo en la rueda de colores. Así, el amarillo tendrá una tendencia naranja en el lado que topa con el rojo, y una tendencia verde en el lado que topa con el azul, lo mismo ocurre con cada uno de los colores del espectro cromático. En el caso del rojo, tendrá una tonalidad naranja en el lado que topa con el amarillo, por tanto, su tendencia será cálida y al mezclarse con azul dará como resultado un café malva (muy bello, de cualquier forma). Si, por el contrario, queremos obtener un violeta vívido, debemos utilizar un rojo frío, que se desplaza hacia la gama de los azules, y que, al mezclarse con estos, genere el color deseado.
7 | Con una paleta de 12 colores podemos obtener una amplia carta de 144 mezclas de colores simples.
(si deseamos, podemos hacer muchas más combinaciones). Veremos así las versiones saturadas y pasteles de nuestros colores y ampliaremos las posibilidades cromáticas con nuestras combinaciones favoritas.
8 | El agua donde limpiamos nuestro pincel revelará distintos subtonos.
De acuerdo a que tan “sucia” o “contaminada” esté la misma. Generalmente al final de una jornada de pintura, si es que no hemos cambiado el agua de nuestros frascos, tendremos la suficiente cantidad de color en cada uno de ellos como para afectar nuestras próximas aplicaciones de pintura.
9 | Los colores en acuarela secan al menos dos tonos más claros.
El tono más intenso de color es el que observamos en nuestra pastilla/tubo de acuarela y el más claro es aquel que se diluye en el papel. La primera aplicación de acuarela que transferimos con nuestro pincel de la pastilla al papel ya tiene una carga de agua, y por defecto el color ya se ha diluido más de lo que se concentra en su “contenedor” o godet; así que al secarse veremos el color por lo menos dos tonos más claros que como lucía al estar húmedo. Si pre visualizamos esto, evitaremos cargar de pigmento una y otra vez en el papel esperando obtener un color más vívido o saturado, opacando finalmente nuestra pintura y anulando la transparencia.
10 | Algunos colores en acuarela son fugitivos.
Esto quiere decir que pueden desvanecerse proporcionalmente cuando se exponen a la luz directa del sol. Las acuarelas profesionales señalan cuánta resistencia a la luz (lightfastness) posee cada pigmento, siendo la nomenclatura I el rango máximo de preservación (Durabilidad de 100 años o más) y IV el mínimo (Durabilidad de hasta 15 años). Para preservar nuestros colores tal y como lucen al momento de hacer nuestras obras es ideal mantenerlos lejos de la luz del sol, protegerlos de ser posible con vidrios anti reflejo y/o diseñados especialmente para repeler los rayos UV.
En la siguiente imagen vemos una comparación hecha por Kim Crick de las Acuarelas Rembrandt, sin exposición a la luz v/s 1 año de exposición.
Confío en que este decálogo sea de ayuda en tus próximos proyectos pictóricos, de cualquier forma la mejor manera de complementar una guía de pintura es experimentando, pues el estudio del color es un arte que no tiene una resolución definitiva. Dudo que haya habido nunca una persona instruida en todos los aspectos formales y prácticos del color, si acaso hemos tenido pequeñas luces dadas por pintoras y pintores o personajes vinculados estrechamente a la teoría como el mismísimo Goethe o Itten; el camino para conocer es amplio y me atrevería a decir, más lleno de preguntas que de respuestas, eso conlleva a cierto compromiso pero también posee cierta magia, y es algo que incluso en los tiempos más complejos siempre nos podemos regalar, dicho eso, que tus pinceles tracen nuevos horizontes para que la aventura sea grata, dicho esto ¡Manos a las obras!.